Son al menos 60 piqueros de patas rojas los que fallecieron en estos días por el virus. Según Dávalos, otras especies no han sido afectadas e incluso se registran nacimientos de polluelos con padres jóvenes y adultos que no están contagiados.
Además, los turistas que se muevan entre islas en la región Insular de Ecuador también deben cumplir con ciertos parámetros de bioseguridad, el principal es lavar las botas antes de ingresar a una isla, porque hay la posibilidad de transportar plumas de aves contagiadas y esparcir el patógeno.
Dávalos dijo que es prácticamente imposible determinar el origen del virus, pues pudo haber llegado a las Islas Galápagos junto con aves que migran desde Colombia, Perú e incluso América Central.
Por su parte, el Parque Nacional Galápagos detalló que preliminarmente, de los cinco especímenes examinados, tres de ellos han dado positivo a influenza aviar H5N1; sin embargo, el material colectado será enviado al Instituto Nacional de Investigación de Salud Pública (INSPI) en Guayaquil, para su confirmación.
“Vamos a tratar de mantener separados a otros animales para que no se contaminen estas otras poblaciones, pero estaremos en constante monitoreo para saber si pasa”, añadió.
En las islas se desplegó el Protocolo de Detección Temprana, desde hace dos días, para reforzar los controles internos y otras acciones que pretenden reducir al mínimo la probabilidad de expansión del virus por otras localidades de las Islas, más allá de la Isla Genovesa, en donde se registraron los primeros casos.
En 2023 se inaguraron dos puntos de control de rayos x.
