¡Aprendamos a distinguir entre líderes honestos y falsos líderes! La sociedad ecuatoriana no puede volver a confiar en que la instrucción es igual a la educación, la una se aprende en las instituciones de estudios y la otra, desde el hogar; así podemos ver en tiempos modernos, cómo “grandes apergaminados” han llevado al Ecuador a una situación económica incómoda.
Debo sugerir a los ecuatorianos que tomemos en cuenta qué tipo de líderes preparados e ilustrados tenemos en la sociedad; dado que muchos se disfrazan de honestos, pulcros, y se rasgan las vestiduras, siendo falsos líderes políticos, sociales y ciudadanos que hacen valer sus influencias.
Para eso es importante tener en claro en qué consiste la virtud humana de la honestidad, que se refiere a que las personas debemos decir la verdad, ser decentes, razonables, justos…
Desde un punto de vista filosófico, la honestidad es una cualidad humana que consiste en actuar correcto de acuerdo como se piensa y se siente (coherencia). Se refiere a la cualidad de aquellas personas que muestran en obrar como en la manera de hablar, como justas, íntegras…, en todo lo que actúan; respetando por sobre todas las cosas las normas que se consideran como éticas en la comunidad en la cual vive.
En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo exterior, los hechos y las personas; en otro sentido, también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.
Es necesario que haya el compromiso de identificar a estos ilustres que pueden ser lumbreras o traer la oscuridad a nuestro Ecuador que merece días mejores.
Kléber Wilfrido Barragán Hernández
Licenciado en Periodismo
Obreros de la Palabra
