Fueron declarados culpables por conspiración sediciosa en la planeación del ataque al Congreso estadounidense.
El castigo por este delito contempla penas de hasta 20 años de prisión.
Entre los condenados se encuentra el exlíder de ese grupo de ultraderecha Enrique Tarrio, de 29 años de edad.
Tarrio no se encontraba en Washington el 6 de enero, sino que estaba viendo los acontecimientos por televisión en una habitación de hotel.