El amor también entra por el estómago.
Una pareja de recién casados sorprendió a propios y extraños al celebrar su boda de una forma muy manabita, en plena calle de Manta: compartiendo un delicioso maduro con queso.
Entre risas, miradas cómplices y mucho sabor, el novio fue quien dio el primer bocado…
Y más tarde prometió seguir dándole más maduro a su esposa, porque en el matrimonio —como en la cocina— compartir es la clave. 🔥😅