Un padre recibió 350 días de permiso pagado gracias a sus compañeros que le donaron sus vacaciones para que no se separara de su hija con cáncer.
Se trata de Jonathan Dupré, quien pudo acompañar cada fase del duro tratamiento contra el cáncer que enfrentaba su pequeña hija, sin verse obligado a escoger entre su empleo y su familia.
El gesto fue completamente voluntario: decenas de colegas cedieron parte de su descanso hasta reunir 350 días de permiso remunerado, permitiéndole atravesar uno de los momentos más difíciles de su vida con apoyo y estabilidad.
Este caso, real y documentado, se convirtió en un poderoso ejemplo de lo que puede lograrse cuando la empatía deja de ser una palabra y se transforma en acción. ❤👏🏻
Fuente:Katherine C.