En 1993, arqueólogos liderados por la Dra. Natalia Polosmak descubrieron en la meseta de Ukok, Rusia, la “Doncella de Hielo”, una mujer de 2500 años excepcionalmente bien conservada gracias al permafrost.
Fue hallada en un kurgán intacto, junto con artefactos funerarios, tela, herramientas y seis caballos con equipo, indicando su alto estatus social.
Su cuerpo tenía intrincados tatuajes, entre los más antiguos conocidos, preservados con notable claridad.