Dormir con perros o gatos puede exponer a sus dueños a infecciones serias, aun cuando las mascotas sean parte fundamental de la familia.
El especialista explicó que, aunque los animales ofrecen compañía y afecto, siguen siendo portadores de microorganismos que el cuerpo humano no siempre puede tolerar.
Según señaló, en consulta es común encontrar casos de hongos que provocan manchas rojas en la piel, sarna que se transmite por contacto directo, bacterias que causan infecciones en ojos, piel e incluso en la sangre, y parásitos como Toxocara o Dipylidium, capaces de afectar los pulmones, el hígado y hasta la vista.
El riesgo aumenta cuando las personas duermen con sus mascotas pegadas al rostro, comparten almohada, reciben lamidas cerca de la boca o los ojos, o tienen contacto con su piel si presenta pulgas, hongos o sarna. El médico advirtió que un simple abrazo nocturno puede convertirse en una infección inesperada.
Para reducir los riesgos, recomendó mantener a las mascotas desparasitadas cada tres meses, tratar pulgas y garrapatas de inmediato, evitar compartir almohadas, no dormir con ellas si presentan hongos o sarna hasta completar tratamiento y mantener una adecuada higiene de manos y ropa de cama.