Antes de que las aplicaciones de citas se convirtieran en una moda reconocida por todo el mundo, en 1995, Gary Kremen tuvo una idea revolucionaria.
Una creación de la que después, desafortunadamente, él mismo como creador, fue víctima. Gary, en ese año, lanzó Match.com, una página online para que desconocidos conectaran y se conocieran en la vida real.
Entusiasmado por su proyecto, animó a su entonces esposa a probarlo para ver “cómo se sentía desde el lado de las mujeres”.
Sin embargo, jamás iba a imaginar que gracias a su plataforma ella terminaría conociendo a otro hombre y finalmente lo dejaría por él.
Pese al duro golpe, Gary continuó con Match.com y el sitio se convirtió en uno de los servicios de citas más influyentes del mundo.