“Vendí mi compañia por 1000 millones porque esa era mi meta, no iba a aceptar menos que esa cantidad”
“Siempre fui muy clara conmigo misma: jamás vendería mi compañía por menos de mil millones. No era un capricho, era una convicción.
Podían ofrecerme 900 millones, que suena increíble, pero para mí el billón representaba otra cosa… era el punto exacto donde sentía que todo el esfuerzo valía la pena.
Me repetía: o es esto… o no es. Y sí, suena contundente, pero cuando construyes algo desde cero y le pones el alma, también tienes derecho a marcar tu propio valor.”
“Rhode es una parte enorme de mi vida, pero también soy mamá, soy modelo, tengo otros proyectos y un día normal en Los Ángeles puede ser un caos hermoso.
Entre todo eso, las ideas aparecen donde menos lo esperas. La funda de teléfono nació así: estábamos en una reunión, yo jugando con una ventosa pegada al celular, y de pronto todos vimos lo mismo. Fue ese momento tipo ¿y si…?.
Pedí que alguien buscara si ya existía y, cuando vimos que no, dije: hagámoslo ya. Así nació un producto que hoy es parte de la marca. A veces la creatividad no viene con bengalas… viene cuando estás distraída, pero lista para reconocer el ‘clic’.”
