En estas últimas semanas del año es importante recordar que las emociones suelen intensificarse. La energía del cuerpo astral se eleva, y junto con ella emergen viejos impulsos acumulados. A veces podemos actuar de formas que no nos agradan o que no reflejan nuestra verdadera naturaleza.
Durante la temporada navideña junto con la alegría y la celebración se incrementan los conflictos familiares, accidentes, excesos, enfermedades, muertes e incluso situaciones dolorosas como suicidios e incendios. Las luces, reuniones y estímulos externos hacen que muchas personas se entreguen a excesos de comida dulces, alcohol, y otras distracciones disminuyendo su atención espiritual y desconectándose de Dios.
La recomendación es mantenerse en guardia, prepararse para la celebración del nacimiento del Cristo interior y reconocerlo también en todos los portadores de Luz del mundo. Realice oraciones, rosarios, novenas especialmente al Niño Jesús, y decretos a la Llama violeta para limpiar y purificar.
La Llama Violeta es un fuego espiritual que posee su propia fuerza de iluminación; atrae energías superiores capaces de transformar y liberar. Aunque tal vez no logremos comprender plenamente su alcance, si podemos saber que proviene de la manifestación divina.
Saint Germain enseña que podemos prepararnos reforzando una virtud y renunciando a un viejo hábito negativo; transformar el odio en amor, el resentimiento en perdón, o el temor en fe. Así, como verdaderos alquimistas espirituales cambiamos el metal de la conciencia humana por el oro de la conciencia crística.
Recuerde algo fundamental: lo que viene para el próximo año está profundamente influenciado por lo que logremos limpiar, transmutar y cambiar en las últimas semanas del año actual.
Visualice su hogar, familia, ciudad y el planeta entero envueltos en llama violeta. Ore diariamente. Permita que los villancicos clásicos resuenen en su casa. Usted puede generara resultados maravillosos.
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