En el Zoológico de Oklahoma City, Pam y Ripley —una pareja de langures de François— recibieron a su cría. Su pelaje naranja intenso no solo derrite corazones: es también una señal vital. Ese color brillante permite que los adultos del grupo lo reconozcan fácilmente y lo protejan. Con el paso de los meses, su pelaje se oscurecerá hasta volverse negro, como el de sus padres, que lucen las características patillas blancas. 🐒
Su hermana mayor, Fera, nacida en 2024 con apenas la cabeza naranja, ahora se enfrenta a un nuevo rol: aprender a ser hermana mayor y compartir espacio con el recién llegado.
El director del zoológico, Dwight Lawson, lo expresó con claridad: “Cada nacimiento es especial, pero este es crucial para la conservación.” Y es que la especie está en peligro: en libertad apenas quedan entre 2.000 y 2.100 langures adultos. La caza y la pérdida de hábitat en China y Vietnam han reducido su población en un 50% en los últimos 37 años.
Por eso, este nacimiento no es solo tierno. Es un recordatorio urgente de lo que está en juego. Algunos lo llaman “el Weasley” por su pelaje, pero lo que representa va mucho más allá de una broma: es símbolo de resistencia, de ciencia aplicada con ternura y de lo que ocurre cuando se protege la vida antes de que sea demasiado tarde.
Este pequeño mono es un destello naranja que ilumina la esperanza de su especie. 🧡
📷 Oklahoma City Zoo and Botanical Garden
