Jamás me cansaré de ser grato y agradecer públicamente a quienes me ayudaron en mi juventud, cuando trabajé como conserje de la escuela de Ciencias de la Información, adscrita a la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad de Guayaquil, en el año 1972.
Uno de ellos fue el Lcdo. Francisco Medina Manrique a quien siempre admiré por ser un profesional sencillo, solidario y humano con quien compartí varios años, como compañeros, él en la docencia y yo llevando el registro de profesores, cuando acudían a dictar sus clases.
Nunca voy a sentir verguenza de mis inicios en la escuelita que después se convirtió en FACSO, donde aprendí el sagrado deber de informar a la colectividad, con la verdad y nada más que la verdad.
Después de algunos años, Panchito Medina, como más conocen al prestigioso periodista de envidiable palmarés, intachable trayectoria de honestidad y pulcritud, se convirtió en mi compadre.
Hoy nos saludamos con un fuerte abrazo después de algunas décadas que no nos veíamos, y me dio mucho gusto verlo, porque a los grandes amigos no se los puede olvidar.
Dios nos bendiga compadre.
POR: WALTER GONZÁLEZ
PARA: CORAL NOTICIAS