Embarcaciones pesqueras quedaron destruidas, mientras que los muelles y zonas comerciales en localidades como Máncora, El Ñuro y Lobitos sufrieron graves daños.
Las olas, que alcanzaron hasta seis metros de altura, inundaron asentamientos humanos y obligaron a cientos de pescadores a abandonar sus actividades.
La emergencia sorprendió a las comunidades, pese a las alertas previas de la Marina de Guerra del Perú.
Un maretazo de gran magnitud azotó las costas de Piura y Tumbes, dejando destrucción a su paso, en Perú.