mayo 6, 2024

El mundo según el rock and roll: Somos la máquina

La tecnología más importante del futuro ya está aquí. Los primeros meses del año han sido el inicio de algo que cambiará el curso de la humanidad y nuestras vidas: la entrada de mecanismos de inteligencia artificial en todas las áreas del saber humano, lo cual entraña desafíos éticos y sociales de escala universal.

Millones de personas se asombran de la capacidad de Chat GPT para producir textos y soluciones a problemas técnicos con una facilidad escalofriante. De hecho, el gobierno italiano ha prohibido su uso ya que tiene dudas sobre el destino de la recolección de información. Las escuelas en el Estado de Nueva York impiden a sus alumnos el uso de herramientas de IA en la construcción de textos. Midjourney o Dall-E, pueden generar mundos virtuales ajustables a cualquier necesidad humana. Se puede trabajar con música, textos, imágenes y voces. Todo parece posible y maravilloso; estamos al borde de la Singularidad Tecnológica, un momento en que la tecnología se desarrollará tan rápidamente que las máquinas serán capaces de mejorarse a sí mismas de forma infinita.

A partir de allí, cualquier previsión sobre cómo la humanidad entera debería reaccionar se pierde en la literatura de anticipación: ¿cómo asumiremos el hecho de no ser la especie dominante en materia de fuerza cognoscitiva? ¿de qué forma responderá el Estado a los cambios masivos en la política, las finanzas y el mercado de trabajo que esto acarreará? ¿hasta qué punto esto cambiará nuestras suposiciones respecto de lo que es real?

Todo esto ya ha generado una serie de disquisiciones. Elon Musk, dueño de Tesla, y el hombre más rico sobre la tierra, Steve Wozniak, co-fundador de Apple, Jaan Tallinn, co-fundador de Skype, y Yuval Noah Harari, autor de superventas sobre la historia humana como Sapiens y Homo Deus, presentaron en semanas anteriores una petición para una moratoria de seis meses para generar mecanismos de gobernanza capaces de sostener las estructuras civilizatorias globales. Los firmantes escriben:

¿Debemos permitir que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y mentiras? ¿Debemos automatizar todos los trabajos, incluyendo los más satisfactorios? ¿Debemos desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, inteligencia, obsolescencia y reemplazo? ¿Debemos arriesgarnos a perder el control de nuestra civilización? Tales decisiones no deben ser delegadas a líderes tecnológicos no elegidos. Los sistemas de IA poderosos solo deben ser desarrollados una vez que estemos seguros de que sus efectos serán positivos y sus riesgos manejables.

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