Esto debido a que las empresas mineras en exploración y previa fase de construcción han pausado sus inversiones (paralizaron sus inversiones desde el exterior), a consecuencia de la incertidumbre económica y jurídica pero también por la creciente falta de garantías en cuanto a seguridad para las operaciones legales y la incursión de la minería ilegal que es un mal que azota el Ecuador.
Uno de los últimos episodios del creciente azote de la ilegalidad son los reportes de la grave incursión de la extracción ilegal de minerales en el Parque Nacional Podocarpus.
La Cámara de Minería del Ecuador (CME) ha expresado su rechazo total a la extracción ilegal de minerales en una de las áreas protegidas del país que alberga más de 600 especies de animales.
De acuerdo con este gremio, los perjuicios generados por la extracción minera ilícita no son solamente ambientales sino sociales y económicos.
El Parque Nacional Podocarpus presenta una sensibilidad ambiental – biológica muy alta y la implementación de campamentos ilegales, la introducción de maquinaria minera, apertura de accesos y extracción de material en una zona sensible, causa un impacto ambiental negativo muy difícil de remediar.