Así, el peso del servicio de la deuda representará, sin tomar en cuenta el pago de intereses, más de cuatro veces lo que se gasta anualmente en bonos sociales.
Fausto Ortiz, exministro de Economía, explica que mientras para este 2023 se presupuestaron más de $7.000 millones de nueva deuda para pagar los vencimientos de deuda anterior y cubrir el déficit fiscal (más gastos que ingresos en el presupuesto estatal); en los próximos años, con un punto máximo en 2026, se necesitarán $7.500 millones de nueva deuda solo para cubrir los vencimientos de deuda anterior. Además, se deberá buscar financiamiento para un déficit fiscal de alrededor de $4.000 millones.
En otras palabras, en poco tiempo, se pasará de unas necesidades de financiamiento de un poco más de $7.000 millones a tener que buscar quien le presta a Ecuador más de $11.000 millones al año.
Como ya ha analizado LA HORA, los miles de millones que se recaudan en impuestos solo alcanzan a cubrir solo una parte del gasto público (sueldos, intereses de deuda, bonos sociales y transferencias al IESS).
El resto se debe financiar, por un lado, con los ingresos petroleros (que están a la baja) y, por otro lado, con más deuda pública.