mayo 11, 2024

“EL PEDÓFILO”

Esta imagen me recordó un suceso que vi hace mucho tiempo por los alrededores de la cancha la magdalena.
Ahí, en ese lugar, había un señor que vendía frutas. Un domingo, yo me le acerqué a comprarle unas mandarinas, y cuando lo estaba haciendo, una niña de alrededor de 4 años se acercó a donde estábamos nosotros y me pidió una mandarina, el señor se me adelantó, le sobó la cabeza a la niña y muy amablemente le regaló una mandarina. Y la niña se fue corriendo.

Yo me senté a 6 metros del señor a ver un partido de futbol, cuando de repente veo que llegan 4 manes y sin mediar palabra alguna, han levantado a ese pobre señor a trompadas y patadas, el carrito de la venta se lo tiraron al piso, y le seguían dando.

Yo me impresioné y salí en defensa del señor, a mediar para que no le siguieran pegando.

Y cuando por fin terminaron de aporrear al señor. Uno de ellos, el que mas enfurecido estaba, lanzó esta expresión:

— Sádico hijueputa, enfermo de mierda.

El señor no entendía nada y mucho menos yo.

Resulta que la niñita le había dicho al papá que el señor le había regalado la mandarina y la había “Tocado”. Ellos le preguntaron que si la había tocado en las partes, pero dijeron “Vulva”. Y la niña dijo que sí, la niña no sabía si quiera que significaba esa palabra e inocentemente les dijo que sí. Esto lo sé, porque lo estaba contando la cachaca de la tienda donde los manes habían comprado las cervezas que se estaban tomando, esperando un partido que iban a verse.

Yo les pregunté que qué pasaba, que porqué lo golpeaban así. Y dijeron que lo que les acabo de contar.
Yo les dije que yo estaba presente, la niña se acercó y me pidió una mandarina y el señor le sobó la cabeza y muy cariñosamente le dio la mandarina.

Los tipos, apenados, agacharon la cabeza, y sin pedir disculpas, se fueron. Se fueron con una actitud de vergüenza, valentía y de “Nosotros no tenemos la culpa”.

Al día siguiente pasé y no vi al señor en el lugar donde acostumbraba a ponerse. No volví por mucho tiempo. ya como a eso de los 9 meses, llegué y pregunté por el señor en la tienda, y el señor se había muerto de un derrame, tres días después de lo sucedido. Se murió por el porro que le dieron. Y esa muerte quedó así, impune, porque era un señor humilde, y su familia de seguro no tenía ese brío para llegar a una investigación. Y en ese tiempo, la justicia era más inoperante que ahora.

Por eso cuando a mí, se me acerca un niño, yo me pongo escamoso y no lo toco ni lo acaricio, ni le obsequio nada y mucho menos eso de cuidarlos o quedarme solo con ellos. “No, que cuídame un rato a la nena mientras yo voy aquí mismo”.
Nooo señor, llévesela.
Porque quedarse a cuidar un niño, es estar a dos cuartas de una boleta de captura, de meterte en un lío, de cual, no se sale ni con plata.

Así, como ese señor, son las redes hoy en día. Eso no van preguntando, sino que dan por hecho lo primero que ven y te van dando sin piedad y sin investigar.

Eso fue en la cancha de la magdalena, yo no pasaba de los 23 años

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *