La exmaestra Wang Yun, de 39 años, fue ejecutada el pasado jueves luego de haber sido sentenciada a muerte por envenenar a 25 niños con nitrito de sodio, colocado en la comida de los pequeños que asistían a la guardería en la ciudad china de Jiaozuo.
La investigación demostró que la mujer compró la sustancia para vengarse de su esposo, pero luego la usó en los niños y colegas luego de tener una discusión en la organización. El atentado de la mujer cobró la vida de uno de los niños.
Según el portal de noticias RT, “Los menores empezaron a vomitar e incluso a desmayarse en algunos casos, por lo que tuvieron que ser trasladados de urgencia al hospital. La mayoría de los niños fueron dados de alta al cabo de una semana, pero uno de ellos sufrió síntomas severos y falleció diez meses después tras un fallo multiorgánico”.
En una priera instancia, la mujer apeló la sentencia de muerte, pero el pedido fue negado por el Tribunal Superior de la provincia de Henan y confirmó la decisión judicial.