Mañanas en la playa, comidas en el chiringuito, visitas a un museo, excursiones por la montaña, conciertos a la fresca…
Las ganas de viajar se han disparado tras los dos años de restricciones de la pandemia y España se prepara para un verano de actividad turística que se espera récord, o al menos tan bueno como 2019.
Esta robusta recuperación está siendo uno de los motores del crecimiento económico, pero ha reavivado el debate sobre el impacto en el entorno de una industria que, tanto en el mercado español como a nivel global.
El nuevo bum de viajeros tras la pandemia reaviva el debate sobre los límites de la industria y su impacto en el entorno. Las empresas se adaptan a la mayor conciencia ecológica de los clientes.