abril 29, 2024

Mauricio Riofrío Cuadrado. _ Votos son amores y no buenas razones

La sabiduría popular cuando se refiere a aquello de que las obras son amores…pretende evidenciar que el amor verdadero se expresa con acciones y no solamente con palabras, por bien intencionadas que éstas sean, así denuncia también la hipocresía. El dicho puede utilizarse, en todos los ámbitos, como una exhortación a la coherencia entre las palabras y los actos e invita a leer entrelíneas para descubrir segundas intenciones. En política, el tema cae como anillo al dedo.

Hoy la línea de tiempo está trazada y la parafernalia electoral en marcha, se avecinan ofertas, acusaciones, revelaciones y propuestas de lo más variados sabores y colores, sin duda es una estrategia para construir una narrativa que seduzca, en un tiempo récord, a moros y cristianos que en muchos casos, estarán totalmente desinformados, otros confundidos, algunos sorprendidos, pero como regla general, todos sumidos en una crisis en donde la apatía y desmovilización de la gente es tan grande, como la pobreza y los innumerables problemas sociales que nos afectan y corroen.

El deber-ser de la conexión entre la clase política y el electorado tiene una característica fundamental, decir la verdad, eso sería lo ideal y lo correcto, además de lo sensato, pero en la vida real todo es diferente, los candidatos, a saltos y brincos en su gran mayoría, echarán mano del discurso fácil y efectista, con mensajes orientados al convencimiento antes que al entendimiento. 

Lo que técnicamente la ciencia política denomina “Agenda País” quedará siempre pendiente y rezagada en medio de la contienda, los temas de fondo, las acciones y soluciones no serán abordadas en forma clara, sino solo a manera de paliativos epidérmicos, en otras palabras, populismo puro y demagogia a diestra y siniestra. 

Lo urgente debe ser tratado como tal y de manera prioritaria, inseguridad, reconstrucción vial, acceso a la salud y reactivación económica son los temas que exigen una intervención inmediata, todo dentro del marco de una política anticorrupción, definida, declarada y susceptible de evidenciar resultados. 

Queda claro que la democracia se fortalece con cada proceso eleccionario, sin embargo, hay que decir que la esencia del sistema democrático no está en el ejercicio del votante en las urnas, sino en la libertad que tiene una sociedad, para desarrollarse individual y colectivamente bajo el imperio de la ley y el orden. 

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