De Bruyne no soltó el balón y se armó la contra española. El belga retrocedió para tratar de recuperar el esférico, pero Guardiola, enfadado, empezó a gritarle que pase la bola.
El volante se molestó tanto que le gritó: “cállate”, mientras levantaba el brazo por las iras. Guardiola simplemente se dio la vuelta y se retiró hacia el banquillo.
Minutos después, con un 3-0 arriba, De Bruyne fue reemplazado y cuando salió de la cancha se dio un gran abrazo con el entrenador, como muestra de que todo fue por la calentura del momento.
Manchester City derrotó 4-0 al Real Madrid y se metió en la final de la Champions League.
A pesar del baile que pegaron los ingleses, también vivieron momentos de tensión. Por ejemplo, Kevin De Bruyne llegó a gritar a su entrenador, Pep Guardiola, tras un reclamo que ocurrió después de una jugada ofensiva.