abril 28, 2024

César Montaño Galarza. _ La utilidad de lo inútil

Estoy seguro de que con un poco más de cultura, conocimiento y sentido de humanidad todo puede mejorar, empezando por la política y la convivencia social en su siempre tensa relación con el poder, aunque ésta se decante en democracia. Con menos ignorancia y egoísmo, legiones de ciudadanos apostarían por las mejores opciones en los procesos eleccionarios, así como por las más convenientes propuestas y ofertas que se difunden en la arena política. Nuestro país atraviesa otra vez uno de esos períodos inciertos y a la vez esperanzadores, donde de cara a las próximas elecciones sobran candidatos de medio pelo y escasean los verdaderamente idóneos, humanistas con potencial de estadistas. Ante este triste panorama, necesitamos luces que guíen con objetividad la decisión ciudadana, para elegir a las mejores personas.

Acrecentar la cultura a través de la lectura y las letras siempre será un camino efectivo para acceder a océanos de conocimientos que nos harán más humanos, menos inmediatistas y utilitarios. Justamente, por esto hago honor al recientemente fallecido escritor y ensayista italiano Nuccio Ordine, sabio vitalista antidogmático, galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, quien escribió varios libros valiosos, entre ellos, “Clásicos para la vida”, “Los hombres no son islas”; recuerdo uno en especial, titulado: “La utilidad de lo inútil”, que es prácticamente un manifiesto en defensa del saber para ser mejores -los saberes son fines en sí mismos-; explica la utilidad de lo que parece ser inútil, como la filosofía, la cultura, la literatura, la belleza.

Entre tantos otros aportes certeros y potentes, Ordine -evocando a grandes pensadores del pasado-, alertó sobre el daño que el utilitarismo provoca en la educación, la investigación y la vida; defendió el conocimiento como práctica genuinamente humana, incluso definitoria de lo humano; muy conectado con los tiempos que corren decía: “Ninguna plataforma digital puede cambiar la vida de un estudiante, solo los buenos profesores pueden hacerlo”. Al calor de nuestra realidad me animo a parafrasearlo diciendo: “Ningún politiquero populista puede cambiar la vida del pueblo y la sociedad, solo los buenos políticos y los buenos ciudadanos pueden hacerlo”.

Si la gente y, sobre todo, los políticos leyeran -degustaran- al menos un ensayo como este podrían incrementar su calidad personal y moral, y así coadyuvar a la construcción de una sociedad diferente, cimentada en valores universales, donde la cooperación en clave de experiencias positivas, sin egoísmo ni exclusión, permita un ejercicio ético del poder para construir, para hacer más humana la humanidad. Los candidatos de hoy y también los de mañana deben luchar contra la ignorancia, y cultivar el humanismo para no perseguir el poder por el poder, sino para servir y dignificar a los demás. Nuccio Ordine, el profesor calabrés, nació en un hogar sin libros ni gente estudiada, pero luchó toda su vida contra la incultura, y pasó a ser un clásico gracias a su pensamiento, un hombre comprometido con la educación y la defensa de las humanidades; nos deja un ejemplo que sin duda debe ser seguido por más personas en todo el mundo, pero especialmente en nuestro país para forjar un futuro luminoso.

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