Cuenta la leyenda que cuando estás caminando por los páramos del Cotopaxi, en especial por el pueblo de Zumbahua, es raro ver a un cóndor o “kuntur” volar y aún más extraño, ver el vuelo de una pareja de estas aves.
Si tiene la suerte de ver este maravilloso vuelo, la fortuna está de su lado. ¿Por qué? Si usted no tiene pareja, ver a estas aves juntas en pleno vuelo es un presagio de que muy pronto le llegará el verdadero amor; y si usted ya tiene pareja, esto significa, que su alianza será por siempre.
El cóndor, en la mitología andina, es el mensajero entre la Killa (luna en Kichwa), el Inti (sol en Kichwa) y la Pachamama (madre tierra). No obstante, con el paso del tiempo varias costumbres se van perdiendo y, en ocasiones, surgen nuevos mitos.
Según el Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino, décadas atrás, lo consideraban un ave peligrosa y creían que por su tamaño podía llevarse con sus garras tanto una oveja como a un niño y alimentarse de ello.
Pero la realidad es otra, el cóndor es un ave importante para el ecosistema andino por ser rapaz, es decir, un limpiador del páramo por alimentarse de carroña.