El país centroamericano vive un momento de alta tensión política y social por los comicios que definirán al presidente guatemalteco para el período 2024-2028, en reemplazo del actual mandatario, Alejandro Giammattei.
La situación, sin antecedentes en la era democrática, se detonó con el sorpresivo segundo lugar de Arévalo de León y su partido político, Movimiento Semilla, en la primera vuelta de los comicios, celebrada el pasado 25 de junio, cuando las encuestas lo situaban en el octavo puesto.
Desde que Arévalo de León avanzó hacia el balotaje, el ministerio público, conducido por fiscales sancionados por Estados Unidos, ha intentado eliminar su candidatura, que si triunfa dará pie al primer Gobierno progresista de Guatemala.