Estos niños y adolescentes se suman a los 280 que actualmente cumplen una sentencia de este tipo y están recluidos en los centros para menores, donde la población es de casi 400 personas.
La reinserción y rehabilitación de los menores de edad infractores es una de las prioridades del sistema penitenciario. Por eso, cuando los jóvenes y niños son llevados a centros reciben lo que el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) llama ‘Modelo de Atención Restaurativo’ .
Este modelo cuenta con cinco ejes de atención: educativo; de salud; de actividades ocupacionales y laborales; de actividades culturales, deportivas, artísticas y recreativas; y, vinculación familiar y comunitaria.
Sin seguimiento
Sin embargo, una vez que cumplen su sentencia no existe un seguimiento de qué actividades cumplen, si vuelven a su escuela o al hogar, donde, en muchos casos, es un espacio violento.