Las mascotas y los humanos son cada vez más cercanos, pero por esa razón también se ha caído en una confusión sobre el papel de cada uno terminando en maltrato animal.
¿Cómo es posible? Los términos ‘perrijos’ o ‘gatijos’ son una señal de que se está cruzando un límite en el que se confunde el amor hacia una mascota de compañía con prácticas poco convenientes.
El veterinario Arturo Kaviedes es directo: humanizar a las mascotas es maltrato animal.
“Cada especie tiene un comportamiento característico de su raza y una limitación a cualquiera de sus manifestaciones está mal. Entre los ejemplos están: obligar a la mascota a no socializar con otros animales, fiestas no adecuadas con comida humana o darle comportamientos de bebés”, dijo.
Una de las consecuencias de este tipo de comportamientos, dijo, es que se limita su capacidad de socialización.
Y lo mismo sucede con la vestimenta, aunque hace una aclaración: “siempre y cuando sea para cuidar su salud está bien, pero vestirle todo el tiempo con prendas que puedan limitar su movilidad o comportamiento natural puede caer en humanización y eso, como dijimos al inicio, es maltrato”.
¿Cuáles son las formas más comunes de humanizar a las mascotas?
La higiene excesiva es un problema: Los perros y gatos tienen su forma natural de higiene. Un baño de vez en cuando no está mal, pero caer en los excesos hasta el uso de colonia es un error.
Uso de zapatillas: Eso impide que use adecuadamente sus patas.
Uso de gafas o lentes: Las mascotas no necesitan esos artículos. Al contrario, son un problema para su libre movilidad.
¿Cuáles son las consecuencias?
Estrés: el animal no es capaz de procesar todo lo que sucede
Miedo e inseguridad: La mascota es incapaz de relacionarse con otras.
Sobrepeso: La mascota no puede desarrollarse por su cuenta.
Incapacidad de socializar: La mascota se vuelve agresiva y deja de respetar las reglas.