mayo 4, 2024

Mauricio Riofrío Cuadrado. _ El candidato

La opinión pública en los últimos días, se ha visto atiborrada de análisis jurídicos, constitucionales y políticos sobre la denominada muerte cruzada y los escenarios reales, posibles, improbables y hasta fantasiosos que han surgido desde la expedición del Decreto Ejecutivo 741.

El mecanismo constitucional creado en el 2008, ya está implementado y se encuentra en vigencia plena, al presidente Lasso no le quedaba otra alternativa, era inevitable, no podía gobernar con un entorno político e institucional, hostil por decir lo menos, abreviar la faena y tirar por la calle de en medio era lo que correspondía, con votos o sin ellos, (a estas alturas todo resulta una especulación), lo indudable es que, más vale un final dramático que un drama sin fin.

Hoy el Ecuador está en una tensa calma, la calma vino de la mano de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, en tanto que, la tensión se podía palpar por la reacción de los violentos en las calles y en las cárceles, que al parecer responden a un mismo liderazgo. Sin embargo, los problemas persisten y en muchos casos se agudizan, la gente se dispone a enfrentar inéditos escenarios político-electorales y se avecina una campaña política apretada en el tiempo y orientada a culminar los periodos presidenciales y legislativos hasta el año 2025.

La disyuntiva en las próximas semanas será por quién votar, votar a favor o votar en contra, o las dos cosas a la vez, es decir votar sin convicción para que no llegue determinado candidato, lo cual ha sucedido históricamente en el país para quitarle la posibilidad de colgar sus retratos, en el salón amarillo de Carondelet, a personajes y personajillos que eran petardo seguro y fracaso cantado.

Así las cosas, el pueblo ecuatoriano deberá escoger un candidato que más allá de su nombre, represente valores, que demuestre liderazgo y conocimiento de la cosa pública, que tenga formación humana y profesional, que garantice seriedad y solvencia para el análisis y resolución de los miles de conflictos que le agobian al país. Un ser humano que guarde la calma ante la crisis, que la afronte con firmeza y energía, mirando a todas partes, cubriendo posibilidades y evitando angustias a la nación. 

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