mayo 4, 2024

Simón Valdivieso Vintimilla._ Estirando el derecho…

Estirando el derecho, se había juzgado al exinquilino de Carondelet, lo dijo días atrás un exministro del actual presidente de la República; frase que nos cae como anillo al dedo para referirnos a la suerte del actual inquilino, máxime que el autor de la frase, ya proverbial, era un coideario de quien defendía con esa locución.

Y es que tomamos prestada aquella expresión porque al parecer la historia se reedita, pero en distinta cancha, cuando en la Asamblea Nacional se decidió sobre el juicio político al presidente de la República, que debe pasar por el filtro de la Corte Constitucional, en donde estamos seguros se observará ese estiramiento al que nos referimos.

En otro momento nos preguntamos y en esta misma columna frente a la realidad parlamentaria, si la expresión “bancada” es la correcta para identificar a quienes forman parte de los movimientos y partidos políticos que tienen mayor representación en la asamblea.

O si lo correcto sería llamar “bandada”,  término que hace alusión a un grupo numeroso de insectos que vuelan juntos, quedando a la imaginación del lector (avispa, abeja-zángano-, polilla) o a ese grupo de animales de una misma especie que van juntos, llegando a la conclusión que  “bandada” es lo que más les calza, ya que una vez en el poder,  no responden a la voluntad de los electores sino apuestan a intereses personales,  grupales  o a la voz del caudillo. Y eso es exactamente lo que sucedió en esa sesión cuando se estiró el derecho.

Si es que el denominador común de la desaprobación de la Asamblea Nacional, es de sobre el 70 por ciento, estarán ellas y ellos, legitimados para enjuiciar políticamente al presidente de la República, nos preguntamos. Y la respuesta no se hace esperar, es sin lugar a dudas que NO.

Y es que, hablando del estiramiento del derecho, nos encontramos con el hecho que pretenden imputar tres delitos al presidente a título de autor y en la modalidad de comisión por omisión, cuando aún no hemos leído ni escuchado decir a los enjuiciadores como se acreditaría la posición de garante que requiere la omisión impropia para que el presidente de la República responda por los delitos de cohecho, concusión y peculado.

Y en ese orden esa acusación además por tres delitos al hilo, nos saca una gran sonrisa pues son delitos autónomos y tienen su propia configuración, por lo tanto, es harto difícil que en la conducta dizque omisiva del presidente se puedan ver los tres delitos al mismo tiempo, por un lado, y por otro, la comisión por omisión en el caso ecuatoriano opera cuando existe una obligación legal o contractual de cuidado o custodia de la vida, salud, libertad e integridad personal del titular del bien jurídico, amén de que se haya provocado o incrementado un riesgo.  

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