Tiempo atrás cuando nos planteábamos la opción de hacernos un trasplante de pelo nos veíamos obligados a viajar al otro lado del mapa, con el consecuente desembolso de dinero acarreado por un largo viaje, estancias y otros menesteres.
Sin embargo, la situación ha cambiado radicalmente y ahora tenemos otras opciones mucho más viables sobre la mesa.
Cuando el mundo se vio afectado por una pandemia, nuestras costumbres cambiaron tajantemente, tuvimos que acomodarnos a una nueva forma de entender la vida.
Esto ha sido lo que ha sucedido con las clínicas capilares, y es que con la llegada del Covid-19 nos volvimos mucho más temerosos a la hora de viajar, y sobre todo más precavidos para salir de la Unión Europea.