La arquitectura de código abierto RISC-V sigue despertando interés entre compañías y países que buscan alternativas a los populares modelos ARM y x86.
El principal motivo detrás de este tipo de movimientos es contar con una solución de diseño de hardware independiente y libre de licencias pagas cuyo coste puede alcanzar el precio del producto o reducir el margen de beneficio.
El gran inconveniente que tiene este prometedor conjunto de instrucciones es que actualmente carece de suficiente músculo como para convertirse en una alternativa sólida que rivalice con los líderes del sector.
No obstante, en el último tiempo hemos sido testigos de una serie de cambios que sugieren un escenario más favorable. El último nos llega de la mano de cinco actores tecnológicos.