Los dirigentes de la Unión Europa y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños se comprometieron a renovar su arraigada asociación basada en intereses económicos, sociales y culturales.
Bruselas fue la cede de la tercera cumbre entre la Comunidad de los Estados Latinoamericanos (CELAC) y la Unión Europea (UE). El evento contó con la presencia de más de 50 líderes de la comunidad; además estuvo presidido por Charles Michael, Presidente del Consejo Europe y el Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, presidente pro tempore de la CELAC.
Los dirigentes de ambas regiones reafirmaron su compromiso compartido en favor de la democracia, los derechos humanos, las libertades fundamentales, el Estado de Derecho, el multilateralismo inclusivo y la cooperación internacional en consonancia con los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y en el derecho internacional.
La última reunión fue en 2015, en 2017 no se realizó por diferencias respecto de la participación de Venezuela. Por otro lado, la UE se sumergió en problemas internos como el Brexit, la pandemia de coronavirus y finalmente la guerra en Ucrania, que generó una grave crisis energética. Sin embargo, el comercio entre ALC y la UE creció rápidamente en el último tiempo, con un aumento del 59 % en el caso de las importaciones y del 37 % en el de las exportaciones.
El postergado encuentro permitió un intercambio de ideas y perspectivas, pero evidenció también una carencia palpable de acuerdos, el cual puso sobre la mesa las diferentes preocupaciones existentes en ambas regiones. No obstante, el cónclave también puso en primer plano las prioridades que no son compartidas, incluyendo la falta de acuerdos sustantivos ante la exigencia de una mayor horizontalidad en la agenda birregional.
En el encuentro Gabriel Boric, Presidente de Chile, fue catalogado como “El Salvador de la Cumbre”, pues, cumplió lo que había prometido y firmó con la UE una declaración de intenciones para una estrecha cooperación futura en materia de cadenas de valor de materias primas, lo que fortalece las perspectivas de crecimiento de la nación andina.
Tras ocho años de relaciones intermitentes, Europa y América Latina tendieron puentes sólidos de cooperación, inversiones y desarrollo. A través del Global Gateway, la UE invertirá 45.000 millones de euros en América Latina y el Caribe para impulsar las energías renovables, los servicios digitales, la electromovilidad y una forma más sostenible de aprovechar los recursos naturales.
De interés: La asociación UE-CELAC actuará como un factor común positivo para impulsar la estabilidad, la paz en el mundo y la capacidad de afrontar los retos mundiales en materia de seguridad.