En medio del caos racional reinante en nuestro país reconforta la presencia de una institución académica empeñada en mantener la vigencia de la razón, de la eficiencia y del compromiso. Cuando Santiago Gangotena (qdDg) me invitó a unirme a su proyecto y delineó en pocas palabras las características de esta universidad naciente me sentí de inmediato atraído de manera entusiasta. Su visión de un “nuevo” tipo de universidad en nuestro país podía causar admiración y hasta rechazo. Estábamos acostumbrados a instituciones académicas profesionalizantes, pues la vieja impronta de las universidades en sus primeros siglos había desaparecido en nuestro medio devorada por las malhadadas reformas napoleónicas.
¿Qué caracteriza a la USFQ? Su ámbito son las “Artes Liberales”, ese conjunto de conocimientos y actitudes “propios de los hombres libres” como las describió Cicerón. De aquí partió ese afán de presentar a la juventud una gama abiertísima de posibilidades en el trascurso de sus años formativos. Es verdad que un ingeniero, pongamos por caso, debe conocer los pormenores de las ciencias y técnicas que conforman su profesión, y conocerlos a cabalidad, como experto. Pero es indispensable que ese ingeniero concreto conozca y viva su calidad de ser humano: íntegro en sus virtudes e integrado con los demás.
Permítaseme una referencia personal: he sido profesor toda mi vida, en varios colegios y en dos universidades, de todas estas instituciones guardo un recuerdo agradecido y entusiasta, pero la USFQ llenó con plenitud mi anhelo de perseverar en un humanismo integral, así como mis ansias diarias de satisfacer el anhelo expresado por Terencio hace siglos, pero vigente: “Soy un hombre, todo lo humano me concierne”. Esta es la esencia de la USFQ, por ello mis congratulaciones y mi modesto deseo de que su presencia dure muchos años para bien de los jóvenes anhelantes de romper con la masificación y de abrir caminos inéditos, jóvenes dispuestos a atreverse a dar lo mejor de sí mismos.