La popularidad de la película Barbie refleja cómo una generación ahora es mucho más consciente de cuán sexista y misógina es la sociedad en la cual crecieron.
El globo se ha teñido de rosa para subirse a la ola de la película Barbie; un fenómeno cinematográfico que trasciende la nostalgia por un juguete, abre un debate social, cultural y comercial. La película dirigida por Greta Gerwig cautivó a las masas antes de su estreno mundial y apunta a ser el film más taquillero del año; sin embargo, su mensaje es considerado ligero, obvio o incluso demasiado radical.
La directora y guionista Greta Gerwig deconstruye a la muñeca que siempre fue sinónimo de cosificación y consumismo y la convierte en un personaje de múltiples aristas: más compleja, contradictoria, empoderada y hasta feminista; claro está todo está pasado por el tamiz del humor, con gags eficaces y algunos personajes desopilantes.
La película centrada en el personaje de Mattel, utiliza la sátira para desarrollar un discurso sobre el feminismo, la diversidad racial y sexual; el cual denuncia lo absurdo de un ideal estético. De esta forma, hay una efectiva campaña de relaciones públicas que busca reinvidicar el producto, aunque también incide el hecho de que los estudios Warner invirtieron 150 millones de dólares en publicidad.
Las marcas de moda capitalizaron el fenómeno Barbie; Kiabi, Primark y Zara son algunas de las compañías que en las últimas semanas realizaron el lanzamiento de colecciones inspiradas en la icónica muñeca. Igualmente, la marca italiana de lujo Valentino, también tiñó de rosa sus principales modelos con el lanzamiento de la colección Pink pp, en la cual se incluyen prendas como bolsos, chaquetas o camisas, todas con el mismo tono.
Desde un desafío TikTok por ver quién soporta más tiempo colocar los pies en punta hasta reels de cuál vestido en la onda Barbie style genera más likes, esta película se ha convertido en una fenómeno de la moda que va más allá de los momentos convulsos que atraviesa el mercado cinematográfico de Estados Unidos. En este sentido, el análisis es simple, detrás de toda la campaña publicitaria hay un icono de la moda que forma parte de la cultura y la historia de nuestra sociedad.
Tanto impactó causó la película que una funeraria se atrevió a comercializar un ataúd con el llamativo color rosa brillante, el cual representa la chispa y energía de la muñeca que generó momentos inolvidables en diferentes generaciones. De esta forma, no solo produce un gigantesco impacto cultural o social; también en el ámbito comercial.
De interés: Los cines en China han aumentado las proyecciones de Barbie, que según los analistas destaca entre las películas de acción patriótica y protagonizadas por hombres que dominan la taquilla de ese país.
